Un día de Sol caminaba por el bosque. Me empecé a sentir perdida, me senté en un árbol y al ver alrededor, apareció un Duende Rojo. Él me dio seguridad y confianza, me comunicó con la Pacha Mama, me hizo sentir parte de ella. Me brindó el seguir una mágica caminata.
Era tan bello que flotaba, sentía que ya no caminaba sobre la tierra. Entonces, el Duende Naranja apareció y me hizo sentir mi físico que estaba allí, limpiar mis miedos y rencores. Me aumentó el buen humor!.
Empecé a sentirme muy contenta teniendo esta experiencia tan especial, entre los árboles, las plantas, los animales del bosque y los diferentes olores. Apareció entonces, el Duende Amarillo, comencé a reírme y a ver el brillante Sol, que se metía entre las ramas de los árboles
A los pocos minutos apareció el Duende Verde, para brindar a mis ojos y mi alma el equilibrio y la armonía que tan oportuna iba a ser.
Acariciando un conejo, sentí una manito, miré y era el Duende Azul. Su regalo fue brindarme la experiencia espiritual, con todo lo que venía viviendo.
De pronto empecé a mirar, no a ver. Sentí que había parecido otro duende. Así fue era el de color Índigo, quien me activó el tercer ojo entre mis cejas. Ya sentía que faltaba poco, para que mi camita terminara.
Al final todo se transformó en violeta, el Duende estaba allí. Hizo que me conectara con mi ser superior y disfrutara aún más, semejante experiencia inigualable
Gracias a todos ustedes por protegerme y acompañarme, en algo tan sublime. Estarán en mí por siempre.
Fuente: Internet.
Fuente: Internet.
